"El Poder de la Destrucción Creativa"
Se podría decir que uno de los grandes enigmas que siempre se han encontrado en el mundo económico es el causante de que unas naciones prosperen y otras no a pesar de partir del mismo punto.
Esta no es una cuestión fácil de descifrar, es más a día de hoy seguimos sin tener una respuesta clara aunque son varias las teorías que han intentado darle explicación a este fenómeno.
Una de las teorías que intenta resolver este enigma es la explicada a lo largo del libro “El poder de la destrucción creativa” de Philippe Aghion y Céline Antonin y Simon Bunel.
Este se centra en su mayoría en la destrucción creativa y todos los factores que conforman su entorno. La destrucción creativa es “el proceso por el que nuevas innovaciones van sustituyendo a otras innovaciones previas, y a las que vuelven obsoletas”, un ejemplo de esto sería la creación de los ordenadores dejando las máquinas de escribir en el olvido.
Desde que comenzamos a leer este libro los autores dejan claro que no abogan por el reemplazo del capitalismo sino por una mejor regulación del mismo, ya que en palabras textuales nos dicen “el poder de la destrucción creativa reside sobre todo en su formidable capacidad de generar crecimiento” por lo que ya solo con esta frase nos hacen entender que la destrucción creativa es algo bueno, algo que puede favorecer a la economía más que empeorarla.
Uno de los pilares sobre los que se basa este libro es la teoría Schumpeteriana en el que nos afirma que las innovaciones surgen de la inversión de los empresarios que tienen como objetivo obtener la remuneración económica que les aporta esta inversión.
Esta teoría explica que estos nuevos innovadores se ponen de pie sobre los hombros de gigantes, explicando así que toda innovación está respaldada por las anteriores, los nuevos innovadores no parten desde 0 sino que cuentan con la ayuda de una comunidad de antiguos innovadores.
En diferentes capítulos del libro se nos van mostrando diferentes variables que influyen en la destrucción creativa entre las que encontramos; la competencia que se nos muestra como tanto un incentivo como y a su vez de freno para esta innovación que tanto anhelamos conseguir.
En primer lugar, la competitividad si que incentivaría la innovación pues las empresas entrantes son las únicas que innovan y por esto tendrían una mayor renta por innovación provocando una subida del crecimiento, haciendo que haya una relación positiva entre competencia, innovación y crecimiento.
En el otro lado de la balanza encontramos que la producción tiende a estar más concentrada en manos de las empresas líderes y provocando que sus rentas aumenten. De esta manera reducen el estímulo de la innovación de las empresas “rezagadas”.
Luego nos hablan del medio ambiente basándose sobre todo en la trayectoria dependiente que afirma que las empresas que utilizaban técnicas de innovación contaminantes tiene una mayor posibilidad de volver a hacerlo en un futuro es por esto que la sociedad juega un papel muy importante para presionar a las empresas a utilizar métodos eco-friendly.
Para hablar del crecimiento con diferentes gráficos e investigaciones demuestran que la relación entre el PIB y las patentes registradas en un país es positiva, lo que nos muestra que la innovación impulsa el crecimiento.
Nos muestran diferentes barreras a las que los nuevos innovadores tienen que enfrentarse para poder convertirse en esto. Se basan sobre todo en el entorno de estos y en la ayuda que sus familiares les brindan.
La investigación tiene dos fases, primero tenemos la investigación básica que suele estar financiada por la universidad pues es la que más libertad de investigación ofrece pues no tiene un fin comercial y en segundo lugar tenemos la investigación aplicada que es la que tiene un fin económico por lo que la empresa que lo financia suele poner limitaciones a la hora de investigar.
La destrucción creativa incrementa la desigualdad pues los países menos desarrollados siempre están en espera de que los avanzados innoven para poder imitarlo con el tiempo, de esta manera, en vez de converger hacia los niveles del PIB per cápita de los países más desarrollados, los países pobres terminan estancados.
Un fenómeno muy importante explicado en el libro es el estancamiento secular que se basa en que en una economía de mercado el crecimiento es insignificante o incluso nulo durante un tiempo. Podríamos explicar esto ya que cuando una innovación es buena es muy difícil que esta mejore por lo que o las mejoras que se pueden llegar a desarrollar producen un pequeño cambio o ninguno, y hay veces que incluso el producto es empeorado con el paso del tiempo.
La trampa Malthusiana desarrollada por Malthus, un pensador que creía que los cambios en el PIB per cápita se debían en su mayoría a los cambios en la población.
Esto se debe a que para él la producción es resultante de la combinación de trabajo y tierra, siendo la tierra un factor fijo por lo que cualquier cambio derivaría del trabajo. Por lo que cualquier aumento PIB per cápita provocará que aumente la población ya que las personas querrán tener un número de hijos superior al de antes del aumento del PIB. Como consecuencia de este aumento de población, más personas trabajan el mismo espacio de tierra teniendo por consiguiente una repercusión negativa en la productividad.
La trampa del ingreso medio nos enseña la dificultad que experimenta un país con un ingreso medio para converger hacia una economía más avanzada.
Esto se debe en su mayoría a dos factores: que el crecimiento deja de aumentar debido a que el país es incapaz de conseguir nuevas mejoras o no tener una competitividad adecuada, y en segundo lugar estos países suelen contar con gobiernos incapaces de dominar el sistema y sus ciudadanos suelen estar desprotegidos y con un gran nivel de desigualdad debido a la educación mediocre que se recibe en estos países.
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